¿Porqué volaba Saint-Exupéry? (parte 2 de 3)

 

El piloto

Recordemos en descargo de Saint-Exupéry que cuando él comienza a volar, en 1922, aún no se sabía bien como hacerlo. Esta era la situación en Europa sólo 15 años antes: nadie se había elevado más de 24 metros, se volaba a 30 Kmph, nadie había logrado sostenerse en el aire más de 1 minuto ni volar más de 1 Km. Por otra parte, en esos 15 años ocurrió la 1ra guerra mundial y la aviación maduró de golpe, en 1914 los records habían cambiado. Altitud: 8.000 mts, velocidad: 200 Kmh, autonomía: 24 hrs, distancia: 1900 Km. Al terminar la guerra, Europa estaba llena de aces de la aviación y Saint-Exupéry no era uno de ellos.

Pero sabemos que los que tienen palabra no tienen cuerpo y los que tienen cuerpo no tienen palabra. Sabemos también que unos no pueden existir sin los otros. El escritor define la cultura y con ello el camino de las acciones. Amasando los materiales (paisajes, aviones, corazones, rostros, mares), el escritor genera rumbos y define vocaciones.

Saint-Ex relata las hazañas de sus colegas.

Cuando Guillaumet cruza solitario los Andes en invierno, es atrapado por una tormenta y se estrella en Laguna Diamante. Abandonado en medio de la nieve, camina 5 días hasta Mendoza. Lo habían dado por muerto y llega, en efecto, casi muerto.

- Lo que he hecho -le dice a Saint-Ex- te lo juro, ningún animal lo habría podido hacer.

Lo que no cuenta Saint-Exupéry es que el día del accidente habían despegado dos aviones desde Santiago, el de Guillaumet, con el correo de la Aeropostale y un Pan Air americano. Ninguno era un deportista en busca de un record, ambos cumplían con su trabajo. Al enfrentar la cordillera con mal tiempo, el Pan Air decidió sensatamente regresar, Henri Guillaumet optó por continuar. Hoy, a 70 años del accidente, ambos pilotos están muertos. Solo que uno está más muerto que el otro.

Digamos que Saint-Exupéry fué un excelente aviador para ser un escritor. Además, amaba el vuelo por sobre los aviones. Es cierto que se "perdía en pensamientos" y que sus descripciones hablan poco de flaps, instrumentos, coordenadas geográficas y frecuencias de radio... Lo importante es que cuando leemos sus vuelos estamos "dentro del cielo" sin dejar nunca de estar dentro de los hombres.

"El avión es sin duda una máquina, –dice– pero además, ¡qué instrumento de análisis!."

 

El pionero

¿Fué Saint Exupéry un pionero de la aviación?

No, si consideramos pioneros a esos tipos que atravesaron por primera vez el Canal de la Mancha o batieron records de distancia. No abrió las rutas. Pero perteneció a una segunda línea de pioneros. No fue el conquistador sino el colono. Una vez creadas las primeras empresas aeropostales tuvo un rol activo en su consolidación. Podríamos decir que cuando se publicó el primer aviso pidiendo pilotos para estas nuevas líneas, Saint-Exupéry amaneció el primero de la fila.

Pionero fué Jean Mermoz. El fué quien abrió la ruta sobre el Sahara. Cuando se inauguró la línea de América, Mermoz creó la ruta Buenos Aires-Santiago, marcando los pasos entre las montañas. Entregó entonces esa sección e inventó las rutas nocturnas. Finalmente inauguró la ruta transatlántica. Gracias a él, el correo Toulouse-Santiago pudo tardar 4 días y medio desde 1933.

"Más de una vez se lo tragaron el mar, la noche, la montaña y las arenas; pero volvió a empezar siempre" leemos en Tierra de Hombres. "Por fin, tras doce años de labor, mientras volaba una vez más sobre el Atlántico, anunció por un breve mensaje que cortaba el contacto del motor trasero derecho. Y luego, silencio."

"Mermoz, resueltamente, se refugiaba tras su obra, como el labrador que después de amarrar bien la gavilla, se acuesta en el campo."

A cargo de la escala de Port Juby en la ruta del Sahara y como primer director de la ruta de la Patagonia, Saint-Exupéry ayudó a encontrar y establecer aeródromos, a imponer rutina y orden a los pilotos y mecánicos. Si bien su función principal estaba en tierra, voló con frecuencia hasta el Estrecho de Magallanes en viajes de inspección. Piloteó el primer vuelo oficial Buenos Aires - Rio Gallegos, sobrevoló 5 días la cordillera entre Mendoza y Santiago, buscando a Guillaumet.

De manera que no fué el primero sobre los Andes, sobre la noche, ni sobre el Sahara. Todos esos records fueron de otros; él no estaba bien constituido para la hazaña deportiva: grueso de cuerpo, melancólico de carácter, enemigo del deporte y el entrenamiento. Ya hemos escuchado de su tendencia a perderse en pensamientos. Pero sin duda perteneció a otro tipo de pionero, aquel que establece la civilización sobre las cosas. No el que construye una pista de aterrizaje defendiéndose a balazos de los moros, sino el que -una vez construida la pista- levanta la caseta para que duerma la tripulación. Y ello tan cerca en el tiempo a los pioneros, que comparte con ellos la vida y el trabajo, vuelan y comen juntos. En más de una forma Saint-Exupéry fué un pionero de la aviación civil.


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1.- Jean Mermoz
2.- Henri Guillaumet
3.- El Potez 25 accidentado en Laguna Diamante.
4.- Saint Exupery en Cap Juby